No hay duda de que el influencer marketing está a la orden del día. Son muchas las marcas que recurren a esta técnica para publicitar sus productos o servicios y, también son muchos los influencers que se están beneficiando de ello como contrapartida.
Y es que el auge del social media ha revolucionado la manera de hacer publicidad; los anuncios al uso cada vez tienen menos peso, mientras que las recomendaciones y reseñas de usuarios que hayan probado un producto cobran importancia, ya que generan una mayor confianza en un comprador potencial.
En este contexto surgen las “colaboraciones pagadas” con influencers, que son personas que cuentan con una gran cantidad de seguidores en las RRSS (más concretamente en Instagram). Son capaces de llegar a un público muy diverso, conseguir que la gente empatice con ellos y, como su nombre indica, influir en su comportamiento. El modus operandi es el siguiente: una marca contacta con un influencer (o viceversa) para ofrecerle promocionar su producto o servicio a cambio de una compensación (ya sea económica, en especie o cualquier otra prestación) y, si llegan a un entendimiento, el influencer realizará una serie de publicaciones recomendando el producto de una manera sutil, según lo acordado.
En un principio, ambas partes ganan, e incluso los usuarios salen beneficiados, ya que la técnica empleada no les resulta tan agresiva e invasiva como, por ejemplo, un banner o un pop-up. Es más, los influencers que construyen una relación a largo plazo con una marca acaban convirtiéndose en verdaderos embajadores de esta, generando una mayor confianza en sus seguidores, que aprecian especialmente su implicación con una marca o producto en concreto.
Hasta ahí, todo correcto. Desde el surgimiento de este modo de hacer marketing, tanto las empresas como los influencers han vivido una época dorada en la que ambos se han lucrado, pero ahora que el mercado ya está saturado, el impacto conseguido es cada vez menor y la confianza de los usuarios ha mermado considerablemente.
El problema es que tanto el feed como las stories de los influencers en Instagram se han convertido en un escaparate para las marcas y se ha alcanzado un punto en el que los usuarios ya no perciben sus recomendaciones como tal (que es lo que se pretende), sino como marketing descarado (lo que es). En consecuencia, las empresas están apostando por un nuevo tipo de influencers para sus campañas publicitarias, los microinfluenceres.
Se podría definir a los microinfluencers como los hermanos pequeños de los influencers. Generalmente se dedican a ello por simple amor al arte y en principio no buscan hacer negocio de ello. Suelen tener en torno a unos 10.000 seguidores, lo cual no es una comunidad muy amplia; la parte buena es que se dirigen a nichos específicos, en los cuales sí que son influyentes. Al tener una audiencia muy definida y ser económicamente más asequibles que los influencers con un mayor número de seguidores, esto les convierte en los candidatos perfectos para realizar colaboraciones con empresas emergentes.
¿Por qué deberíamos plantearnos recurrir a la promoción por medio de microinfluencers para nuestro negocio? A continuación os mostramos algunas ventajas:
-Al “operar” en un mercado menos competitivo, son más accesibles y cercanos que los influencers o famosos, además de ponerlo más fácil a la hora de llegar a un entendimiento.
-No realizan campañas masivas e indiscriminadas (lo cual puede generar desconfianza entre sus seguidores). Por lo general promocionan pocos artículos, es por eso que los usuarios no tendrán la percepción de que les están vendiendo algo, al contrario de lo que sucede con los influencers (con los cuales resulta evidente), atributo más que deseable cuando buscamos una colaboración pagada.
-En relación con el punto anterior, hay que decir que la imagen que proyectan es más realista, por lo tanto la gente se toma más en serio sus recomendaciones.
-Resulta más fácil negociar con ellos y conseguir por su parte un compromiso estrecho con la marca, además de permitir a la empresa diversificar su inversión, debido a su bajo coste.
Pero, ¿qué aspectos debemos tener en cuenta a la hora de escoger al microinfluencer perfecto para nuestro negocio? Aquí os dejamos algunos tips para no equivocaros con vuestra elección:
-Estudiad en profundidad la relación que guarda esa persona con el sector al que pertenece vuestra empresa, ya que su audiencia estará estrechamente relacionada con esa temática.
-Comprobad que tenga un buen nivel de engagement, es decir, que sea capaz de generar muchas interacciones con cada publicación. Esto es muy importante, ya que de esta forma podemos medir el nivel de compromiso que tienen sus seguidores.
-Por último, antes de lanzar la campaña, es necesario definir el sistema de compensación en el que se va a basar vuestra relación, para no tener problemas en el futuro. Si la persona en cuestión está contenta con el acuerdo y el trato recibido, todo eso se verá reflejado en sus publicaciones de manera positiva.
En conclusión, si acabáis de lanzar vuestro negocio y no contáis con mucha clientela, os invitamos a considerar esta técnica de marketing como forma de dar a conocer vuestra marca de manera menos agresiva, al menos mientras la burbuja no explote, tal y como ya pasó en su día con con los influencers.
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